Plante contra viento y marea
El aire en movimiento constituye en el jardín uno de los fenómenos meteorológicos mas importantes. Sin embargo, los jardineros se preocupan más del sol o de la lluvia, evidentemente muy importantes, pero dejan pasar el viento, y entonces las malas sorpresas después de una borrasca...
Localice los vientos dominantes
Los más intensos llevan un nombre local, y los viejos del lugar los conocen muy bien ( el levante, la tramontana, etc ). Entérese por sus vecinos si acaba de llegar a la zona. En una gran parte de Francia continental, son los vientos del Oeste los que forman lo esencial del viento. Las tempestades provienen en su mayoría de esta dirección y hay que tenerlo en cuenta a la hora de plantar un árbol: ponga un piquete solido, situado al oeste del sujeto hundido al bies, en dirección del viento dominante. Cuando este sople, el piquete retendrá perfectamente el joven árbol. Los sujetos que tienen un tronco bastante largo ( al menos 1,50m, a menudo más ) son particularmente concernido. Es la razón por la cual les llamamos los « altos tallos », pero también los « arboles de pleno viento »
Los vientos ocasionales
Son difíciles de prever. Un episodio meteorológico particular puede siempre generar vientos que provienen de direcciones in habituales. Entonces hay que prever, para los grandes vegetales mal arraigados , un haubanage que permita afrontar estas situaciones inesperadas. Observarà que los grandes arboles estàn haubanés con tres piquetes: uno està siempre situado en el sentido del viento dominante, como explicado antes. Pero los dos otros están ahí para retener al árbol por si acaso el viento sopla en una dirección inesperada.
Las turbulencias
Existen también varios vientos creados por la configuración de los lugares, et que se llaman corrientemente « corrientes de aire ». Se trata en realidad de turbulencias creadas por la proximidad de los edificios, los setos, muros altos, etc. su influencia sobre los vegetales puede ser tan fuerte como la de un viento dominante, sobre todo al lado de edificios altos. Estas turbulencias son particularmente nefastas para el crecimiento de las plantas. El riesgo no consiste en que las plantas sean desarraigadas, al ser las corrientes de aire generalmente constantes. Pero estos vientos muy localizados pueden estorbar el crecimiento de los vegetales con hojas finas, como los arces con hojas laciniadas (es decir recortadas en finas tiras ), que se queman y crecen mal. Las corrientes de aire pueden también hacer caer las yemas florales de las plantas frágiles, como algunas plantas trepadoras. Finalmente, estas pueden simplemente modificar el porte normal de la planta, que crece de cierta manera torcida.
Un viento que escupen
Las plantas se deforman con un viento constante, incluso si es ligero. El soplo del aire favorece los brotes situados al resguardo del viento. Al contrario: las partes expuestas tienen tendencia a crecer menos, a formar plantas achaparradas. Resultado: el sujeto crece más de un lado que del otro y parece empujado por el viento. El efecto es espectacular al borde del mar, donde los vegetales están esculpidos como un forma de ola. Pero en el jardín, el efecto de un viento continuo dará su inclinación a un árbol ( los manzanos por ejemplo ), no será de golpe pero año tras año. El viento es por tanto algo a no dejar de lado en el jardín !