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  • Conocerlos le permite no solamente nutrir bien sus plantas, sino también mantener cultivos en buena forma: reconozca que le merece la pena.

    El nitrógeno para el verde
    El nitrógeno es el principal elemento que todas la plantas necesitan. Las plantas que nos interesan por su follaje ( las verduras de las que comemos las hojas, los setos, las plantas decorativas de follaje y el césped) necesitan más nitrógeno que de los elementos nutritivos restantes. El nitrógeno no debe, sin embargo, aportarse en demasiada cantidad, pues puede quemar las raíces si está excesivamente concentrado en un abono de liberación inmediata. En una planta que tenga poca necesidad de nitrógeno, un exceso de éste puede forzarla a producir hojas en detrimento de sus flores y de sus frutos (tomates, calabacines, etc.) ; por ello, no hay que abusar del nitrógeno y es mejor aportarlo en pequeñas cantidades para evitar las quemaduras. El nitrógeno se encuentra en casi todos los abonos. Todo lo que proviene de la descomposición de las partes verdes de los vegetales lo contiene.

    El fósforo, para lo duro
    El fósforo tiene la reputación de favorecer el vigor general de la planta y, sobre todo, del crecimiento de los tallos. El suelo tiene carencias de fósforo muy raramente y, si una planta no crece, puede estar seguro de que no está falta de fósforo sino de otro elemento nutritivo (nitrógeno o potasa, por ejemplo). Los árboles frutales tienen la fama de exigir más fósforo, especialmente en primavera. No sirve de nada abusar de éste.

    La potasa, para lo tierno
    Este elemento nutritivo sirve mucho a las plantas, sobre todo a aquellas de las que esperamos una floración generosa o una buena fructificación. Las verduras y frutas, las plantas vivaces de flores y los arbustos floridos, tienen una necesidad de potasa importante. En los suelos pobres vale la pena aportarlo a los cultivos durante la estación, por ejemplo a los pies de las plantas de tomates con sus frutos bien formados. La potasa se encuentra en las cenizas y en muchos de los abonos orgánicos o químicos.

    Los oligoelementos, no olvidarlos
    Estos incluyen todos los otros elementos nutritivos, desde el calcio (cuyo exceso es tan dañino en los suelos calizos) hasta el boro. Los oligoelementos en general no faltan en el suelo. Pero si usa abonos simples, es decir, que solo contienen nitrógeno, o fósforo o potasa, se arriesga a una carencia de elementos nutritivos necesarios en dosis pequeñas. Las plantas no se verán bloqueadas porque les falta el nitrógeno o la potasa, pero si por algunos de los oligoelementos. Inteligente el que pueda adivinarlo, pues necesitaría un laboratorio entero para saberlo. La mejor solución es utilizar abonos que contengan oligoelementos o abonos orgánicos. Estos tiene la particularidad de contener impurezas químicas, que no son otra cosa que oligoelementos.
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  • Los elementos fertilizantes
    Los elementos fertilizantes
    El nitrógeno para el verde
    Autor: Jean-Michel Groult
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