Quien come qué? No todas las plantas tienen las mismas exigencias, y los abonos son muy variados: aprenda a concordar bien sus cultivos y los abonos.
Las verduras
Casi todas aprecian una tierra rica aunque algunas se conforman con muy poco. Más vale aportar un humus de fondo en otoño o en invierno. Las verduras más glotonas aprecian, de todas formas, un aporte de abono durante la estación. Escoja un abono rico en potasa, a aportar dar durante el riego.
Los árboles frutales
Una vez establecidos no necesitan ninguna fertilización. Al principio deles lo que necesiten para mantener el crecimiento, con abonos de fondo ( abonos orgánicos de liberación lenta ) como huesos triturados o un abono lento. Pero atención: darle abono a un árbol que tiene sed es lo peor que puede hacer, ¡ primero dele agua !
Los árboles ornamentales
Estos tampoco necesitan abono una vez establecidos. Al principio un aporte de abono rico en nitrógeno, de liberación rápida, enterrado a 1,50 m del tronco será beneficioso para ellos ( 5 m de altura = 5 cucharadas de sopa a repartir en 5 sitios a 1,50 m del tronco ). Esto no es más que una referencia: siga las dosis indicadas en el envase.
Los arbustos
Fertilice solo aquellos de los que espera una fuerte floración o los que poda todos los años. Deles un abono de fondo en otoño o en invierno y un abono más rápido en primavera, rico en nitrógeno si lo atractivo es su follaje, o rico en potasio para los restantes.
Los setos
Si son pequeños ( menos de 2 metros de altura ) o podados a menudo, trátelos como a los arbustos. Trate los setos grandes ( 3 metros y más ) y las alineaciones sin poda como los árboles ornamentales.
Los rosales
Las variedades antiguas y las rosas de flores simples se conforman con poco, pero las variedades modernas exigen una fertilización rica en potasio y un poco menos en nitrógeno a finales del invierno. Los rosales aprecian una fertilización foliar a finales del verano, así como un aporte de estiércol en invierno.
Las trepadoras
Estas saben arreglárselas solas y la fertilización no es indispensable, excepto en los suelos pobres. En este último caso, fertilícelas como a las verduras.
El césped
Los céspedes empobrecidos o amarillentos se verán mejorados por un aporte de nitrógeno de acción rápida. Más vale hacer aportes pequeños frecuentes que uno solo copioso.
Los bulbos
No los fertilice, pues se arriesgaría a que se pudriesen o a no dejarles florecer.
Las plantas de interior
Deles un abono rico en nitrógeno y también en potasio dos o tres veces al año a las más plantas más exigentes. Las más rústicas no necesitan nada más que un aporte anual, y jamás después de ser trasplantadas. Para este tipo de plantas el abono se presenta comercialmente a menudo bajo la forma de unos bastoncillos que se insertan en la tierra.
Las plantas en maceta
Fertilícelas si son plantas que crecen mucho, particularmente las trepadoras y los rosales en maceta. Las coníferas y los arbustos pequeños siempreverdes ( perennes ) tienen menos necesidades. Deles nitrógeno de liberación lenta o retardada.