Si la carencia de hierro es la más común, la falta de algunos elementos ntritivos (los oligoelementos) es siempre dañina para los cultivos. No hay que confundir las carencias con otras enfermedades contagiosas so pena de no conseguir curar las plantas.
Los síntomas
Cuando una planta acusa una carencia nutritiva, su crecimiento se interrumpe y su hojas ofrecen señales innabituales (presencia de rayuras o un tinte rojizo) En los tomates, la carencia de ciertos elementos minerales provoca la aparición de una mancha negra en la extremidad de los frutos jóvenes (por ellos la llamamos podedumbre apical), mientras que las hojas cojen unas manchas color marrón claro. La carencia nutritiva se declara sobre todo en los suelos pobres, como los suelos muy arenosos, lavados por las lluvias o, en los terrenos de terraplén como los que se encuentran a proximidad de las casa recientemente construída.
Atención: no hace falta confundir una carencia con los efectos de un producto desherbante mal controlado. Los herbicidas provocan unas decoloraciones irregulares, variables de una ferminación a otra que sobrevienen de forma brutal, mientras que una carencia se instala progresivamente.
Su ciclo
La falta de algunos elementos nutritivos tiene tendencia a arreglarse con el tiempo, contrariamente a la carencia de hierro que se agraba. De hecho, el elemnto deficitario acaba siempre por ser aportado de forma natural a la planta, aún si esto puede durar varios años. Como en el caso de la carencia de hierro, algunas plantas son más sensibles que otras. Las verduras exigentes (tomates, maíz, judías) muestran más fácilmente sus carencias en elementos minerales que los cultivos que se contentan con poco (lechugas por ejemplo).
Cómo luchar
De cara a una carencia en oligo elementos, dos métodos se les ofrecen. El primero consiste en regar los pies de la planta con una solucion de oligo elementos (de origen químico), lo que tiene por efecto de hacer desaparecer los síntomas muy rápidamente. La otra solución se basa en un aporte copioso de compuesto maduro a los pies de la planta, arañando el suelo para hacerlo penetrar lo más cerca posible de las raíces. La acción es menos rápida pero se acerca más a las necesidades de la planta. Un extracto vegetal maduro (purín de sosa de más de tres semanas, diluído y aplicado en el agua de hierro) puede también atenuar los síntomas , pero no la hará forzosamente desaparecer.
Cómo evitarla
Una nutrición equilibrada evita que la planta falte de oligoelementos. Por ejemplo, dejar un empajado que se descompone a los pies y ofrece elementos nutritivos de forma equilibrada a la planta. A algunos vegetales, no los gusta que pongamos un lecho demasiado espesa en el suelo, ya que sus raíces corren el riesgo de axfisiarse. En neste caso, es mejor efectuar los aportes de compost bien maduro de forma preventiva. El final del invierno es siempre la mejor época para dar el compost a sus cultivos.
Bueno a saber
Un aporte en abono químico excesivo puede causar una carencia nutritiva en oligoelementos. De hecho, el abono estimula el crecimiento de la planta pero si la fertilización no aporta los oligoelementos, estos pueden faltarle a la planta, que da señales de la carencia. Hay que por tanto vigilar a dar un aporte de abono completo a las plantas, y por supuesto, únicamente cuando estas lo necesiten.