Un follaje tan fino como las plumas, que nos sugiere la suavidad de un soto bosque. ¡Nada como un helecho en maceta para alegrar un rincón a la sombra!
Un nuevo auge
Los helechos fueron muy utilizados en el siglo XIX. En esta época existía una verdadera pasión por restas plantas. Actualmente, volvemos a apreciar de nuevo su ligereza y su vegetación sin artificios, en acuerdo con un jardín más natural. En maceta, realzan las otras plantas, ya sean plantas con flores o con un follaje decorativo. Es fácil: es imposible fallar una asociación de plantas con los helechos, ¡van con todo!
Humedad y humus
Los helechos son plantas a las que les gusta la humedad, incluso si existen algunas excepciones. En una maceta, tendrá por tanto que asegurarse de darle un poco de humedad en verano, cuando haga más calor. Si el helecho tiene sed, puede ponerse en letargo esperando mejores días, pero pierde su follaje. Y no todos lo soportan. A estas “plumas vivientes” no les gusta tampoco tener sus raíces empapadas en el agua. Evite dejar el platillo lleno de agua más de medio día después de haberlos regado. Es la única exigencia de los helechos. Bien regados, viven mucho tiempo, sin pedir demasiadas atenciones.
Plantarlos
Escoja una maceta que sea lo bastante grande para darles bastante reserva de agua de cara a los riegos. Si no tiene demasiado sitio, plántelo a los pies de otra planta en una gran maceta. No temen la competencia de las raíces de otras plantas y se conforman con pocos elementos nutritivos.
Paso a paso
1 Saque la planta de su maceta de cultivo.
2 Coloque en una gran maceta, de al menos 20 cm.
3 Cubra con un sustrato rico en humus.
4 De unos golpecitos y apretuje un poco con los dedos.
5 Riegue inmediatamente, hasta que la tierra esté saturada.
6 Coloque en compañía de otras plantas con follaje.
Cuidados
Un helecho en maceta no pide muchos cuidados, a parte del riego. Corte las hojas muertas a finales del invierno, para dejar sitio a las hojas jóvenes que van a aparecer. Sea moderado con el abono: los helechos son muy sobrios. Añada un poco de sustrato en vez de arriesgarse a quemarlas con demasiado abono. A los helechos, una vez que han encontrado su ritmo en su maceta, ¡les gusta que les dejen tranquilos!