Que duren uno años (vivaces) o solo una estación (anuales), las pantas aromáticas viven bien en maceta. ¡Manténgalas en forma para tener muchos sabores a mano!
Les aromáticas estacionales
Crecen rápido y solo tienen una idea fija: ¡florecer! Esta es la razón por la que tiene que vigilar y retrasar la llegada de los capullos de las flores, porque una vez que la floración ha comenzado, las hojas pierden sabor y la planta no produce nuevas hojas. La albahaca es la que tiene más prisa de todas. El perejil tiene la misma tendencia. Una sola solución cosechar. Córtelas casi al ras, justo por encima de las hojas de la base. Puede congelarlas o secar las que ha cortado. Este tratamiento radical anima a la planta a formar una nueva vegetación, lo que le dar a una nueva cosecha.
Al final de la estación, cuando las aromáticas estacionales declinan, no necesita guardaras, porque nunca pasan el invierno. Tire a maceta y haga sitio a otras aromáticas, como el hinojo por ejemplo, que aguanta el invierno.
Las aromáticas vivaces
Estas son las más numerosas, ya que encontramos e tomillo, el orégano, la menta, la salvia, la cebolleta… Las que tienen las hojas más carnosas necesitan agua: acuérdese de regaras el verano, porque pueden ponerse en descanso si les falta el agua, solo reaparecen en otoño.
Pódelas cuando se vuelvan muy voluminosas, o que el corazón del matojo se desguarnezca. Basta con rebajarlas a 5 cm de altura para que un nuevo follaje se forme. En caso de enfermedad, haga lo mismo, el follaje que volverá a brotar sano. Las aromáticas en macetas son más sensibles a las enfermedades que las que están en plena tierra, y no hay que dudar en cortaras en caso de problema, ya que no se pueden tratar.