La poda de arbustos consiste en suprimir ciertas partes con el objetivo de favorecer su vegetación y su floración.
Aunque la poda de formación ha sido generalmente empezada por el vivero, es bueno continuar al menos los 2 o 3 primeros años que siguen a la plantación, en función de la especie, la velocidad de crecimiento y la forma buscada.
Poda de formación
El primer año después de la plantación, entre noviembre y marzo, pode las ramas la mitad aproximadamente para provocar la ramificación.
El segundo año de febrero a marzo, re equilibre la forma del arbusto si es necesario. Pode las ramas muy vigorosas mas cortas que las ramas débiles. Reduzca el conjunto del ramaje al menos un tercio, suprima las ramitas muy enclenques al pie del arbusto.
El tercer año se el arbusto presenta una asimétrica o está aun débil renueve la operación.
Poda de mantenimiento
Los años siguientes, preserve la forma natural del arbusto. Suprima las ramas muertas, elimine después las ramas en doble ( esas que se cruzan y se encuentran en competencia con otras teniendo la misma dirección ).
Para obtener una buena floración, los arbustos de flores necesitarán una poda anual, al menos para des hacerlas de las flores marchitas. Si la floración es primaveral, espere el final de la floración para podar, de lo contrario eliminará las futuras flores. Si la floración es estival, pode a finales del invierno y siempre antes de que la vegetación empiece.
Atención no obstante porque ciertos arbustos toleran muy mal la poda. Se trata entre otras de la azalea, la camelia, el naranjo de Mejico, la jara, el rododendro...