El primer consejo a dar, si no se dominan los grandes principios de la poda, es podar lo menos posible. No olvide que las ramas se podan mas rápido de lo que se reemplazan, es preferible no podar en absoluto que podar a diestro y siniestro.
Las ocasiones de cortar las ramas no faltan a aquellos que tienen un jardín. Pero podar requiere buen sentido y cierta experiencia. No se preocupe si este trabajo puede parecer delicado para un principiante, porque rápidamente se convierte en una verdadera pasión en cuanto hemos asimilado los principios de base.
Si muy a menudo conservamos las plantas con su porte natural y el aspecto natural que las caracteriza, es posible someter a los vegetales a la poda para guiarlos de forma ordenada, reducir su volumen, y aumentar la cantidad de flores o de frutas. La poda no hace más que acelerar un proceso natural.
La poda es por tanto útil al jardinero para:
- conservar sus árboles y arbustos en buena salud,
- mejorar la floración y la belleza de su follaje,
- dominar su forma y su volumen.
Conservar sus arbustos en buena salud
Más vale prevenir que curar, los cuidados regulares evitan la mayor parte de enfermedades. Suprima las ramas dañadas, rotas o cuya corteza esté deteriorada al nivel de una parte sana. Despeje el centro para dejar pasar el aire y la luz. Fomente la producción de nuevas ramas para suprimir las más viejas.
Mejorar la floración y la belleza de su follaje
Las flores y las hojas son más bonitas en la copa que al exterior de la planta. Favorezca los brotes vigorosos yendo hacia los exteriores, corte las ramas entrando hacia el centro des sujeto.
Domine la forma y el volumen
Corte las ramas que destruyan la silueta y la simetría naturales o deseadas de la planta. Suprima o pode las ramas débiles para fortalecerlas, una poda ligera solo acarrea un rebrote débil.