Las plantas temen más al frío en maceta que en plena tierra. ¡No corra riesgo y póngalas a resguardo de las heladas!
Las raíces, el verdadero talón de Aquiles
Para todas las plantas, las raíces son siempre más frágiles de cara al frío que las ramas. Así, incluso para una planta que parece resistente para aguantar el frío invernal, las heridas pueden producirse al nivel de las raíces durante el invierno. Es un hecho, las raíces no están dotadas de protección como la corteza o los brotes. Por supuesto, no hay necesidad de proteger a todas las plantas. Pero unos pocos grados marcan a menudo la diferencia.
Las macetas que se quedan fuera
Los vegetales totalmente rústicos, como los pinos o los arces, no necesitan un cuidado particular porque lo resisten perfectamente, incluyendo a nivel de las raíces. Son sobre todo las plantas que no son del todo rústicas en la mayor parte de nuestras regiones, como el palmito elevado o palmito fortune (Trachycarpus) o el olivo cultivado en maceta, a las que hay que proteger prioritariamente. La mejor solución para protegerlas, al mismo tiempo que se dejan fuera, consiste en vendarla con un material aislante, como una funda de hibernación o un plástico bolas. Este último no está muy recomendado porque no deja pasar el aire y hace que aparezca el moho bajo la protección durante el invierno. Pero puede bastar con poner las raíces a resguardo embalando justo la maceta y dejando los tallos al aire libre.
Las macetas que hay que meter dentro.
Todas las plantas que no soportan las temperaturas mínimas que se observan habitualmente en su región, deben meterse en un refugio o en donde tengan el suficiente calor para no helar. Cuando el invierno esté llegando, acerque las macetas de los muros o de la entrada, para estar listo para meterlas en cuanto el frío se anuncie. En las terrazas o balcones, coloque un pequeño invernadero desmontable para poner sus plantas en macetas. Atención, estos invernaderos son útiles contra el viento, la nieve y las pequeñas granizadas, pero no protegen de las heladas por debajo de -3°C.
En dique seco
En cualquier caso, no olvide de elevar las macetas. Hay que impedir que la humedad se estanque en el fondo de las macetas y entre la maceta y el suelo. Las raíces se verían empapadas permanentemente y ¡esto podría ser tan dañino que las heladas! Ponga calas, como pequeños trozos de madera, guijarros, etc...
Reduzca los riegos
En invierno, el metabolismo de las plantas se ve reducido, y sus necesidades de agua también. Una planta resiste mejor al frío si tiene un poco de sed, mientras que sería más sensible que normalmente si estuviera demasiado regada. Espacie los riegos y deje que la tierra se seque en la superficie antes de dar más agua. En las macetas que resisten al exterior, preste también atención al agua del cielo; llueve mucho en invierno y las macetas con reserva de agua corren el riesgo de verse ahogadas, retírelas para que no reciban toda la lluvia.