Temporada de cosechas pero igualmente de limpieza y plantaciones, ¡el otoño es un periodo importante para sacar provecho de las hortalizas del jardín durante el invierno!
Termine las cosechas
Numerosas hortalizas declinan, y no por culpa del frescor o de la humedad, si no por culpa de los días que se acortan. Las hortalizas del verano se encuentran en este caso, como los tomates, las berenjenas, los pimientos y las cucurbitáceas (calabazas, melones, pepinos…).
Inútil dejarlos vegetar porque no darán gran cosa. Les ofrecerán una última cosecha. Los frutos que no han terminado de madurar completamente, podrán hacerlo detrás de una ventana con sol, o incluso en la terraza si no llueve.
No olvide tampoco de sacar de la tierra lo que no debe pasar en ella el invierno como las patatas. Si no las ha cosechado, no es demasiado tarde. Deje sin embargo, la remolacha, el ajo puerro y otras raíces comestibles. Sáquelas a medida que las necesite, ya que se conservan mal una vez al aire y pierden su gusto "fondant".
Limpie la tierra
Ahí donde haya retirado los cultivos y en los sitios en los que la tierra se ha quedado libre, haga un deshierbe. En esta estación, a la naturaleza no le gusta el vacío ¡y lo llena rápido! No tiene por qué hacer una limpieza minuciosa; retire las malas hierbas y pase un gancho (u otro instrumento de escarda). Layado y abono de la tierra serán para más tarde, a finales del invierno.
¡Plante y siembre para el invierno!
El otoño es una estación en la que hay mucho que probar en el huerto. Son, esencialmente, las hortalizas-hojas, de crecimiento más rápido que las hortalizas-raíces y más resistentes a las heladas. Replante por ejemplo canónigos, que crecen durante las estaciones frías. Siembre berros de jardín o (hierba de Santa Bárbara), que tienen un sabor de berro y que no temen las intemperies. Piense igualmente en plantar las coles de invierno, que gracias a su carne fondant serán maravillosas en un plato a fuego lento. Puede empezar a plantar los bulbos de huerto, como las cebollas precoces, los chalotes y el ajo.
No olvide de tomar las medidas necesarias adaptadas al clima de donde vive. En montaña tiene que proteger las hortalizas en un abrigo adaptado, como un chasis, velo de hibernación o aún mejor, un invernadero adosado. En los sitios con un clima suave o cerca del mar, al contrario, puede intentar hacer siembras tardías de hortalizas-raíz, como la remolacha o el rabanito y los nabos. Consumidas jóvenes y tiernas, ¡no tienen nada que ver con las que compramos en tienda!
¿Y en maceta?
El invierno es una estación delicada para las verduras en maceta, a que no les gustan las heladas al nivel de sus raíces. Si su jardín está en una ciudad, escoja un sitio al abrigo de corrientes de aire. Las hortalizas-hoja del invierno, como el canónigo y el berro de jardín, salen muy bien en maceta. También puede sembrar lechugas, ¡que crecen rápido y ofrecen una verdadera cosecha en un balcón!