Unas manchas claras que aparecen en el follaje y que luego se queman ; buscamos a menudo la enfermedad donde sólo existe una torpeza del jardinero. Afortunadamente, no es una afección muy dificil de curar.
Los síntomas
Brutalmente, una planta ve una parte de su follaje decolorarse. Poco tiempo después esta decoloración pasa a un oscurecimiento, porque los tejidos de la planta mueren. Son sobretodo las hojas más grandes y las más expuestas al sol las que se ven afectadas. Las hojas de la planta situadas del lado opuesto al sol y las hojas más jóvenes no se ven afectadas. Este síntoma lo obervamos en estos dos casos : en una planta que hemos cambiado de sitio (como las plantas en maceta que sacamos en primavera) o, después de una poda severa de las plantas vecinas.
Su ciclo
La quemadura ocasionada por un exceso de sol se manifiesta muy rápidamente pero no de una forma inmediata. Según la fisiología de la planta, la quemadura puede desarrollarse el día mismo o más tarde. Las plantas con un follaje fino y claro muestran signos de quemaduras desde el primer día de sol excesivo. Los vegetales con hojas espesas y oscuras, como las camelias y los rododendros, no manifestarán los daños que al cabo de unas semanas. Como los vegetales poseen una cierta capacidad de adaptación, el follaje joven en curso de formación no sufrirá este problema. La quemadura del sol, es por tanto un problema transitorio.
Cómo luchar
Una vez que las quemaduras están presentes, es mejor no tocar las hojas afectadas. Quitarlas sería arriesgarse a que a su vez, las hojas situadas por debajo se quemen al ya no estar protegidas. Coloque una protección sobre la planta con el objetivo de adaptarla progresivamente a la luz, por ejemplo, cubriéndola de un velo que irá retirando poco a poco. Puede también hacer una tala en la planta para forzarla a hacer hojas jóvenes que serán más resistentes que las que se han quemado.
Cómo evitarlo
Cuando saque una planta al exterior, no la ponga enseguida al sol. Póngala primero a la sombra, y acérquela progresivamente a la plena luz, durante dos o tres semanas. Antes de una tala, verifique que las plantas vecinas no van a encontrarse brutalmente bañadas por un exceso de luz. Si la tala es indispensable, ponga una protección que dé sombra sobre las plantas vulnerables.
Bueno a saber
Las plantas con un follaje dorado son sensibles al exceso de luz. Esta sensibilidad se explica por el hecho de que tienen menos clorofila que las otras plantas. Por tanto, su follaje puede quemarse cuando están expuestas al exceso de luz. Es el caso cuando han sido plantadas en una mala exposición o bien después de la tala de una planta vecina que la mantenía protegida del sol directo. Nos podemos encontrar igualmente con este fenómeno sobre las plantas de sombra que se encuentran brutalmente expuestas al sol, del cual estaban protegidas hasta entonces.