Una bonita alineación verde, densa y con buena salud, es lo que todos buscamos! Para elle, hay que vigilar varios parámetros, entre los cuales una irrigacion adaptada.
Reflexionar sobre la plantación
No se repite nunca lo bastante: hay que aportar un máximo de cuidados durante la plantación de un seto. Una plantación mal hecha solo dará problemas de crecimiento, vigor o de resultado estético. Esto puede también tener consecuencias al nivel del riego. Si ha descuidado el trabajo de la tierra sobre una anchura suficiente y que las plantas se encuentran bloqueadas en una tierra apretujada, va a tener que gastar una gran cantidad de agua !
Las diferentes técnicas
Para regar un seto, hay varias soluciones. A la antigua, donde cavábamos un canal a lo largo de todo el seto, a 1 metro aproximadamente del pie, y de una profundidad de al menos 50cm ( a veces 1 metro). Durante las lluvias fuertes, este canal se llena y el seto dispone de una reserva. Este es un modo de gestión muy ecológico, pero que consume espacio y que requiere un mantenimiento ( hay que rapar el canal, incluso mondarlo o limpiarlo cuando empieza a llenarse). También es posible cavar un acequia de solo 20cm de profundidad, más cerca de los troncos ( a 30cm por ejemplo) y de annegarla periódicamente. Una solución que es vàlida sobre todo cuando disponemos de una gran cantidad de agua, porque desperdiciamos mucho.
La solución más corriente hoy en día, consiste en hacer correr una manga de riego a lo largo del pie del seto. Se puede tratar de un tubo perforado, simplemente colocado en el suelo. En este caso, está animando a las raíces del seto a quedarse en la superficie. Más vale por tanto enterrarlo. Y mejor que una manga perforada, prefiera un tubo que rezume, que difunde una humedad en el suelo en vez de anegar a intervalos.
El riego por aspersión, es decir con un cañón de agua, o al riego oscilante son proscritos para los setos (y por cierto, también para el resto del jardín). Desperdicia muchísima agua y alienta las enfermedades en las hojas, sobretodo las que están causadas por los hongos.
La buena cantidad
La cantidad de agua a aportar depende de varios factores; el tipo de suelo, el tipo de planta, la exposición de la planta a los factores desecantes ( sol y viento ). Cuanto menor sea la capacidad de la tierra para almacenar el agua ( tierra arenosa ), mayor debe de ser la frecuencia del riego. Las plantas con un follaje lustroso y espeso ( acebo, laurel-cerezo, laurel de Portugal, aligustro de California ) tanto como las coníferas necesitan menos riego que las que tienen hojas finas ( carpe y setos floridos ). De esto forma, un seto florido en suelo arcilloso, tendrá más o menos las mismas necesidades que un seto con plantas de hojas tenaces en tierra arenosa! En el sitio donde sopla regularmente el viento, las necesidades de agua pueden verse dobladas, sobre todo si el sitio está expuesto al sol de por la tarde.
En todos los casos, riegue preferentemente al final del día para que las plantas aprovechen el suelo fresco durante toda la noche. Por comodidad, unimos el riego del seto a un programador eléctrico ( válvula programable ). Compruebe en este caso que su sistema contiene un pluviómetro electrónico o un sonda de humedad. Si no, se arriesga a regar en tiempos de lluvia. No solo está derrochando agua, si no que esto perjudica a su seto porque las raíces corren el riesgo de pudrirse.