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  • Los bordillos, son el detalle que cambia todo del jardín. Tanto en los pequeños espacios como en los grandes, el bordillo destaca los macizos y las plantaciones. Un espacio enmarcado por un bordillo da la impresión de un trabajo bien acabado. Un detalle ¡pero importante!

    Tres en uno
    El primer beneficio de un bordillo es sobre todo su utilidad, ya que reduce el mantenimiento de la parte que se encuentra entre el césped y las plantaciones (o los pasos), en donde la hierba se escapa a los utensilios de corta y gana sitio entre las plantaciones. La forma de crear este límite y el tipo de material utilizado es lo que da el estilo y ambiente al bordillo. Antiguamente, hacíamos un surco de unos 10 a 15 cm de profundidad, alrededor de los macizos, y cortábamos el césped que se aventuraba en este surco. Pero es un método que pide muchos cuidados (hay que surcar el césped de dos a tres veces al año), perdemos un poco de sitio, lo que no es lo ideal en los jardines pequeños. Más vale fiarse a las soluciones modernas.
    A lo largo de los caminos, el bordillo facilita el mantenimiento porque podemos, por ejemplo, hacer un deshierbe térmico si arriesgarse con quemar las plantaciones. Para acabar, un bordillo ensalza un macizo, le da a menudo un toque que lo vuelve pintoresco, sobre todo en caso de macizos temáticos. (japoneses, de soto bosque, etc.

    A la vertical
    Para efectuar esta transición entre dos superficies, puede optar por la delimitación vertical. Esta consiste en crear una barrera entre las dos partes que sobre pasa de al menos 5 cm del suelo. Puede ser simplemente una banda de plástico (bordillos en rollos) que se entierran y se dejan sobrepasar para facilitar el mantenimiento con un corta bordes de hilo rotativos. El resultado es a la vez discreto, limpio y funcional. Existen versiones más visibles, con pequeñas traviesas de madera grapadas a los hilos, versiones en plástico duro o flexible, etc. Las planchas enterradas en el campo, los elementos de piedra, de hierro o cualquier otro material pueden también convenir. Puede incluso colocar trozos de un tronco para dar un efecto soto boque. Si tiene muchas tejas viejas a mano, puede también servirse de ellas enterrándolas a unos 15 cm de profundidad. El efecto es más de recuperación. Puede también optar por un bordillo más alto, hasta 50 cm. Este constituirá por sí mismo un elemento decorativo.

    A la horizontal
    La alternativa al bordillo que sobrepasa, se basa en una banda no vegetalizada, de una anchura de 15 a 20 cm, que hacemos recorrer alrededor del macizo como un marco. El césped no vendrá sobre esta banda, y si no sobrepasa el suelo que de unos centímetros, el cortacésped podrá pasar por encima, y no tendrá que mantener su bordillo. Es un poco de esfuerzo para crear este tipo de bordillo, sobre todo si el macizo es curvo, pero la adoptará enseguida.
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  • Tener bonitos bordillos en el jardín
    Tener bonitos bordillos en el jardín
    Un bordillo a la antigua
    Autor: B&G Media
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
    Tener bonitos bordillos en el jardín
    Sin un bordillo físico, hay que trabajar regularmente la bordura del césped.
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
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    El bordillo con pequeñas traviesas dan el acabado de este ambiente japonés.
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
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    Este camino bien delimitado es más fácil de cuidar gracias al bordillo.
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
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    Unos troncos de abedul son perfectos para una atmósfera forestal.
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
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    Unas tejas viejas pueden remplazar una bordura en rodillo.
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    Tener bonitos bordillos en el jardín
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    Un bordillo de ladrillos enterrados ¡Ningún mantenimiento!
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